miércoles, 8 de agosto de 2012

Bangkok 2ª parte

Bueno, ya estoy de vuelta con el resto de mis aventuras por Bangkok. En el anterior post visitamos algunos de los templos más importantes, y en nuestro tercer día en esta ciudad descubrimos algunos más. Como el templo Intharawihan, con un Buda enorme al aire libre y cuyos dedos de los pies hacen de altar; el Templo de Mármol; o el Templo Traimit en la zona de Chinatown, que tiene el Buda de oro más grande del mundo de 4 m de alto y 5 toneladas de peso.

Teníamos curiosidad por visitar la fábrica más grande de Asia de antídotos para las picaduras de serpientes, para ver cómo extraían el veneno, pero ya había pasado la hora de la exhibición, así que nos fuimos a comer al cercano parque de Lumpini y a buscar a sus famosos dragones de Komodo. Vimos uno grande saliendo del agua y otro pequeñín corretear por el césped!!!


Nos volvimos al hotel a ducharnos y a prepararnos para el plan nocturno que nos esperaba: una velada de combate de boxeo thai auténtico!!!

Nada más llegar al Lumpini Stadium, localizamos a la chica que nos informó de las entradas por la mañana y compramos un par de localidades junto al ring por 2000 THB para disfrutar del espectáculo en primera fila. Muchos hombres y pocas mujeres; ambientazo tipo peli de Jean Claude Van Damme “Contacto sangriento”; en las gradas más altas tipo gallinero, cientos de thais gritando y haciendo apuestas sin parar; sillas mullidas para la zona VIP de alrededor del ring; camareras sirviendo cervezas; ventiladores en el techo para refrescar un poco el ambiente; y una orquesta tocando la musiquilla de guerra que acompaña cada combate.


En cada esquina del ring un luchador, siempre uno de rojo y otro de azul, y detrás de cada uno, sus entrenadores y su familia gritando a pleno pulmón todo tipo de consejos.

En total vimos 9 combates de 5 rounds cada uno. En el primero, al tercer round dejaron KO a uno de los boxeadores que le sacaron en camilla; en los siguientes, golpes y patadas de verdad que abrieron alguna que otra brecha; y el séptimo combate, el del campeón del mundo, al que le arrebató aquella noche el título, Rathanfa.

Durante la velada, teníamos acceso a la zona donde preparaban a los boxeadores y les daban masajes. Me lo pasé genial con el ambiente, la musiquilla y las peleas. Si es que soy un chicazo!!!

Al terminar, en un taxi a tomar un cóctel al Sky Bar del Lebua Tower. Espectacular escalinata iluminada a en el piso 62, increíble restaurante y barra de copas y maravillosas vistas de todo Bangkok iluminado!!!


¿Os imaginabas una despedida mejor?

¿Qué me llevo de esta ciudad? En Bangkok nos encontramos con una gran urbe, dominada por los rascacielos y los grandes centros comerciales, además de algunos pequeños suburbios que todavía mantienen sus tradicionales restaurantes callejeros.

A la hora de desayunar, comer o cenar, las calles se llenan de pequeños puestecillos de comida, parece que nadie cocina en su casa. Los mercadillos, como setas, en cada calle. Y la gente, mucho más interesada en sacar provecho de los turistas, intentando timarte constantemente por la calle para subir a un tuk tuk y llevarte a un sastre, una tienda o algún sitio del que él saque beneficio; o diciéndote que algo está cerrado para llevarte a otro sitio; o taxistas que se niegan a conectar el taxímetro para cobrarte más del triple por el trayecto.

A pesar de estos aspectos negativos, el encanto de viajar sobre la ciudad en el skytrain, navegar en sus taxis de agua por el río Chao Phraya, y la grandiosidad de sus maravillosos templos, hacen de esta ciudad un destino vibrante y diferente.

Koop koon kaa (gracias) Bangkok!!!

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