jueves, 26 de abril de 2012

Un par de días por el Delta del Mekong

Ya estoy aquí de nuevo con más historias de mis viajes por el mundo. En esta ocasión le toca el turno al Delta del Mekong.

El río Mekong es uno de los ríos más grandes del mundo. Nace en China y discurre por Birmania, Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam. Mi visita parte de la ribera de la costa vietnamita.

Tras dos horas de trayecto en coche desde la ciudad de Ho chi Minh, llegamos al puerto de Cai Be, donde cogimos un pequeño sampán para recorrer el mercado de flotante de Cai Be y sus casas sobre el agua.


En el trayecto en coche, nuestro guía, Mr. Tahn, nos fue contando cosas muy interesantes de la cultura vietnamita. ¿Sabíais que…? Cuando alguien muere en Vietnam, se vela el cuerpo como mínimo dos días y es una adivina que visita a la familia la que les dice cuándo pueden enterrarlo; o que tienen 14 días de vacaciones en todo el año y una semana por Luna de Miel; que pagan un 10% de impuestos y la medicina es de pago.

Bueno, tras este inciso, continúo con mi viaje por el Mekong. A bordo del sampán, nos esperaba otra guía que sería la encargada de mostrarnos la vida acuática de la zona. Se llamaba Pu o algo así, era encantadora y con ella aprendimos muchísimo.

Nos llevó hasta una granja local y vimos cómo elaboran el arroz inflado, los caramelos de coco, el papel de arroz y muchas cosas más. También nos mostró, el vino de arroz con serpiente, que por lo visto es muy bueno para los chicos para… Ja, ja!!! Aunque debo reconocer, que no lo probamos. Nos decantamos por un maravilloso té de jazmín servido al estilo milenario por Pu que estaba delicioso.


De vuelta al barco hasta nuestra próxima parada para comer en una casa local antigua. Nada más entrar, nos encontramos un altar erigido en honor al dueño de la casa, fallecido hacía tres meses. Al fondo, un agradable jardín que hacía las veces de comedor al aire libre. Tuvimos la oportunidad de probar oreja de elefante, que es un pez típico de la zona que está muy bueno, junto con otros platos más que nos sabemos muy bien qué eran, pero que estaban riquísimos.

Después de comer, cogimos un barquito típico, tipo canoa, y cubiertos con el gorro vietnamita, recorrimos los canales más selváticos del Mekong, llamado por los vietnamitas, “cuulong”, que significa nueve dragones.


Atracamos en una pequeña aldea, en la que tras descansar un rato en una hamaca colgada entre poste y poste del bar, cogimos un par de bicis cochambrosas y nos hicimos un tour por la aldea de unos 40 minutos.

Para reponer fuerzas, un par de tés y unos refrescos mientras disfrutábamos de un show de música tradicional.

Un último paseo en sampán con Pu y momento de despedirse para irnos a nuestro siguiente destino: Can Tho, donde pasamos la noche.

¡Qué amable es la gente aquí y qué valientes! Vimos cómo se metían en el agua cenagosa del Mekong, que no tiene cocodrilos, pero sí serpientes, para pescar con las manos, reparar los barcos o simplemente remojarse.

Bueno, otro día os sigo contando las aventuras de nuestro segundo día por estas tierras.

lunes, 16 de abril de 2012

Ho Chi Minh, la antigua Saigón

Al sur de Vietnam se encuentra la antigua Saigón, conocida actualmente como Ho Chi Minh. El contraste entre Hanoi y Ho Chi Minh es grande. Mientras que Hanoi guarda el encanto de lo anclado en el pasado, Ho Chi Minh se está convirtiendo en una gran urbe, más modernizada en algunas cosas y en plena ebullición de construcción de rascacielos.

Aquí también se pueden ver algún bar de taburete de plástico en una esquina, y algún vendedor ataviado con el gorro típico deambulando por la calle, pero en mucha menor medida que en Hanoi. Aquí empiezan a proliferar tiendas de grandes firmas. Los restaurantes de Ho Chi Minh son más occidentalizados y la gente vive en pisos, no en sus propios negocios. Lo que es igual, es la cantidad de motos que hay. A veces, mirar hacia la carretera es como ver una manifestación de moteros!!! Se protegen de la polución de igual manera con su mascarilla y muy pocas chicas van vestidas con el “ao dai” (traje típico vietnamita) como en Hanoi.


Nuestra visita comenzó por la visita al Palacio de la Reunificación, recorrimos la famosa avenida principal, Dong Khoi, donde se encuentran los conocidos hoteles Caravelle y Continental donde se alojaban los periodistas durante la guerra de Vietnam; la catedral de Notredame; la oficina de correos diseñada por Eiffel (el de la famosa torre de París); y una visita a la terraza del hotel Majestic, desde donde se contemplan unas bonitas vistas del río Saigón.

Tanto recorrido, merecía un descanso después de cenar, y nada mejor que un buen masaje de pies de 75 minutos de duración, que empieza por los pies, pero recorre las piernas, manos y hasta cervicales!!! El paraíso por 14$!!!

La primera parada del segundo día, fue el mercado de Ben Tahn, lleno de puestos de comida, carne y pescado, que emanaban unos olores que revolvían un poco el estómago. De aquí a la visita más imprescindible de todo Vietnam, el Museo de Recuerdos de la Guerra. Lo que vimos allí no deja indiferente a nadie. Un museo lleno de fotografías ilustrativas del horror que se vivió en la Guerra de Vietnam durante los 17 años que duró y los años siguientes con sus secuelas. Una sala plagada de imágenes de cuerpos formando figuras imposibles y malformaciones de todo tipo causadas por el “agente naranja” (napalm) empleado por los americanos para aniquilar al pueblo vietnamita. Otra imagen de un soldado americano, portando en una mano la cabeza y un brazo con parte del tronco de un compañero suyo, víctima de una bomba;…

No se puede describir con palabras el horror de estas fotos, ahora sí que se puede decir que una imagen vale más que mil palabras. Las cifras del resultado de esta barbarie son escalofriantes: 3 millones de vietnamitas muertos, 2 millones de vietnamitas heridos y 300.000 vietnamitas desaparecidos.


El resto del día, dedicado al barrio chino de Cholón, donde recorrimos las pagodas, templos y tiendas impregnándonos de su cultura.
Me estoy acordando que a pesar de que ya estábamos entrenados a cruzar entre las motos sin tener miedo, esa tarde, al llegar a una avenida muy amplia, un chico tuvo que ayudarnos a cruzar, porque no veíamos el momento de decidirnos. Imaginaos algo así como cruzar la Castellana de un lado al otro, entre cientos de motos pasando por delante y por detrás tuya, mientras vas andando lentamente y en línea recta para que no te atropellen. Una experiencia fuerte, fuerte!!!

Nuestra despedida de Ho Chi Minh, con un paseo en cyclo por la ciudad y otro masaje maravilloso en nuestro sitio preferido.

¡Tam biet Vietnam! (Adiós Vietnam)

lunes, 2 de abril de 2012

Hamburguesas “customizadas” al estilo mediterráneo

Acaba de abrir sus puertas en el corazón del barrio Salamanca Gobu Burger, un restaurante que nace con la idea de fusionar la tradicional hamburguesa americana con los productos más típicos de nuestro país. Una vuelta de tuerca a las tan de moda “hamburguesas gourmet” que te harán recorrer los sabores más característicos de la gastronomía española.


Los artífices de este nuevo proyecto son los hermanos Jesuán y Ricardo Gutiérrez que, basándose en su experiencia como buenos consumidores que disfrutan con la comida, han diseñado el nuevo concepto de Gobu Burger.

Su mejor carta de presentación son sus propias hamburguesas de carne de vaca que se pican a diario para mantener su frescura y que se cocinan en horno de carbón de encina para conseguir el auténtico sabor de la parrilla.

Algunas de las hamburguesas estrellas de su carta son: de idiazabal, de salmorejo con cecina, de foie, la clásica o de carne de wagyu, entre otras.


Para vestir las hamburguesas, el cliente podrá elegir entre los cuatro tipos de pan artesanos: chapata, mollete, pan de tomate o pan de hamburguesa especial; así como la guarnición que desea que la acompañe, entre patatas fritas, patata asada al carbón o ensalada.

Además, el toque mediterráneo también está presente tanto en los entrantes, donde podemos encontrar platos tales como: ensaladilla rusa, salmorejo, croquetas, delicias de pollo de corral, entre otros; como en los postres, como por ejemplo: la tarta de queso asturiano con salsa de frutos rojos, carpaccio de piña con helado de pistacho, tarta tatín o el arroz con leche y helado de canela, por citar algunos.

Y porque comer hamburguesas no está reñido con el placer de disfrutar de un buen vino, el restaurante Gobu Burger cuenta con una amplia carta de más de 25 referencias entre tintos, blancos, rosados, moscatel, cava y champagnes. La oferta la completa una selección de cervezas belgas Premium de la firma Brabante, y una selección de exclusivas ginebras como Citadelle, Mombasa, Pink, Nº 209, …, para poner el broche final a la comida o la cena.

¿Te apuntas a comer hamburguesas a la española?

Dirección: Príncipe de Vergara, 56
Teléfono: 91 575 76 41
Horario de apertura: abre de lunes a sábado de 13:30 a 16:30 horas y de 21:00 a 00:30 horas. Cierra domingos completos y lunes noche.
Precio medio: 18 €