Para los que hoy estéis en Madrid y os apetezca ver algo curioso, podéis acercaros al Monasterio de la Encarnación, donde hoy tiene lugar, como cada año y desde 1645, el milagro de la licuación de la sangre de San Pantaleón.
El 26 de julio, víspera de la fiesta de San Pantaleón, el contenido del relicario comienza tradicionalmente a transformarse con la consistencia y el color de la sangre y dos días después vuelve a condensarse y así permanece el resto del año.
A pesar de que la reliquia está expuesta durante todo el año en el museo de este monasterio administrado por Patrimonio Nacional, los creyentes prefieren acudir a visitarla en este día, para agradecer al santo los favores concedidos, y poder besar otro recuerdo de San Pantaleón, un trozo del hueso de su canilla.
En muy pocas ocasiones la sangre no se licua, y de hecho desde hace muchísimos años esto no ocurre. Si no lo hace, según la leyenda, esto se considera un mal augurio, y así ocurrió al comienzo de la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil española.
Dirección: Plaza de la Encarnación, 1
Teléfono: 91 454 88 00
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