El próximo 31 de octubre llega la noche de Halloween y para que la disfrutéis de una manera diferente, os propongo que hagáis un tour por las calles del Madrid histórico, cuyos edificios y rincones albergan inquietantes historias que la mayoría desconocemos. Aquí os dejo la primera parte del tour, y en unos días os paso la segunda parte.
Palacio Real:
Cuenta la superstición que, antiguamente, los terrenos situados entre la cuesta de San Vicente y San Francisco El Grande, estaban habitados por brujas, duendes y fantasmas, que empezaron a manifestarse durante el reinado de Alfonso VI y la construcción del antiguo Alcázar, en 1537, por haber visto perturbada su paz. Muchos obreros murieron inexplicablemente durante la construcción.
El suceso más importante ocurrió el día de Nochebuena de 1734. Mientras Felipe V pasaba las fiestas en el Palacio del Buen Retiro, misteriosamente el fuego devoraba el Alcázar y las llamas destruían para siempre pinturas y objetos de gran valor. Fue tan violento el incendio, duró 4 días, que, según relatos de testigos, muebles y cuadros eran arrojados por las ventanas al no ser posible sacarlos por las puertas. Así se salvaron grandes telas de maestros, que hoy admiramos en el Museo del Prado. Todavía pueden observarse hoy, por ejemplo, los efectos del chamuscado en el retrato ecuestre del Emperador Carlos V en la Batalla de Mulberg, de Tiziano. Cuenta la leyenda que el incendio fue provocado por la venganza de las ánimas que habitaban el lugar y que vieron perturbada su paz.
Entonces, Felipe V encargó en 1735 erigir el palacio “más grandioso del mundo”, según sus propias palabras, sobre las cenizas del Alcázar. Por temor a nuevos incendios, la entera construcción fue realizada en piedra. La consecuencia fue que las habitaciones del palacio, todas abovedadas, exigieron tal espesor de los muros para el contrarresto y soporte de las bóvedas que este espesor alcanzó en la planta baja los cuatro metros. Comienza entonces una remodelación iniciada por Filippo Juvara y seguida por Juan Bautista Sachetti y Ventura Rodríguez que no está exenta de leyendas. Por ejemplo, durante su construcción se rumoreaba la existencia de fantasmas o demonios que trepaban por sus muros aún por concluir ante el asombro y miedo de los obreros.
También hubo "accidentes laborales" achacados a espíritus malévolos que empujaban al vacío a los trabajadores. Ante estas manifestaciones maléficas, Felipe V decide realizar un exorcismo.
Su esposa, Isabel de Farnesio, una mujer con fama de supersticiosa, también liga sus sueños a esta construcción. Cuenta la leyenda que tras una espantosa pesadilla en la que veía cómo un terremoto asolaba Madrid, ordenó retirar todas las estatuas de las balaustradas y colocarlas en la plaza de Oriente. Quiso así poner a salvo su vida de una premonición en la que moría aplastada por una gran estatua.
Al finalizar las obras, y para que el arquitecto no pudiese construir otro palacio igual, Felipe V ordenó que le sacaran los ojos y le cortaran los brazos y la lengua. Cuenta la leyenda que una de las cabezas que adorna el frontispicio del Palacio representa a uno de los arquitectos y que algunas noches se oyen voces y ruidos y se mueven muebles en salas cerradas, provocados por él.
Antes, otro rey, Carlos II el Hechizado, fue sometido a un exorcismo en Palacio en 1698. Se llegó a asegurar que el monarca fue embrujado, cuando tenía 14 años, con un chocolate en el que se diluyeron los sesos de un muerto. Se atribuyó el hecho a su madre, que habría sido ayudada por su valido Valenzuela, el duende. Y es que ya por esos años, se hablaba de un duende que recorría las estancias de Palacio asustando a propios y extraños. Pero como suele ocurrir con muchas leyendas e historias antiguas, en esta ocasión terminó con nombre y apellidos, pues el susodicho duende burlón pudo ser un confidente sigiloso de María de Austria. Apresado finalmente, convirtió su vida en una leyenda de espías.
Y si sus muros fueron testigo de hechos que muchos calificaron como paranormales, su entorno también ha pasado a la historia con leyendas de misterio. Es el caso del Campo del Moro, un bello jardín palaciego que en sus orígenes sirvió de escenario de torneos y cacerías y que, con el paso del tiempo se trastocó en paraje fantasmal para la aristocracia.
Mucho se habló del fantasma embozado del Campo del Moro -quizá para tapar embarazos no deseados- y del oso desaparecido. Cuenta la leyenda que el rey Juan II, aunque tildado de homosexual, pobre de carácter y fácilmente influenciable, fue muy bien recibido por el pueblo de Madrid. Se le obsequió con un osezno y su domador, que fueron instalados en el Campo del Moro. El adiestrador amaestró al animal violentamente. Una noche, el oso se escapó de su jaula y al día siguiente desapareció su domador. En las noches de luna llena los centinelas contaban que se oían pisadas, gruñidos y gritos humanos. Algunos afirmaron haber visto entre los árboles las sombras de un animal y una persona que huía de sus garras. Esta leyenda cobró fuerza con el paso de los años.
Palacio de Cañete (Mayor, 69):
Actualmente, el edificio está ocupado por el Patronato de Turismo y antes ha sido residencia temporal de algunos gobernadores civiles y alcaldes de la Villa. En 1654 corrió el rumor de que estaba habitado por ruidosos duendes, que movían muebles y lanzaban alaridos nocturnos. Cuentan que el espíritu del marqués de Cañete, que fue asesinado, se paseaba por los pasillos de su mansión, lamentándose, hasta que se descubrió al verdadero autor de su muerte.
Plaza Mayor:
El hecho de que, hasta 1765, fuera el lugar principal de las ejecuciones públicas de la Inquisición, hizo que surgieran multitud de rumores en toda la villa sobre la existencia de fantasmas en las casas de los alrededores. Éstos fueron avivados por los propios vecinos de la zona, que aseguraban que todas las noches se podían oír los gritos de los ejecutados. Se colocaba el patíbulo delante del portal de pañeros si la pena era de garrote; frente a la Casa de la Panadería, si era de horca, y ante la Casa de la Carnicería, si era de cuchillo o hacha. Posteriormente, la plaza sirvió de coso taurino.
Iglesia de San Ginés (calle Arenal):
Es uno de los templos más antiguos de Madrid: hay constancia de que ya existía en el 858. Y sobre sus muros rondan dos leyendas, aunque quizá sea una sola con los personajes cambiados. La primera dice que en el atrio de la iglesia un joven mató a su novia. La otra habla de unos criminales que asesinaron a un hombre y le cortaron la cabeza, que colocaron a los pies de la Virgen. Se habla del fantasma sin cabeza, pero que habla y que se aparecía en la puerta del templo al caer el sol. Con el tiempo este fantasma desapareció.
La lonja que da a la calle Arenal sirvió de cementerio. Y de allí desenterró la Inquisición muchos huesos, que fueron quemados por suponérseles de los judíos que vivían en aquel paraje cuando sólo era un arenal. Para más detalles siniestros, a este templo asistía el Tribunal de la Inquisición para oír una misa y un sermón el día que la bula se publicaba.
El elemento más curioso de la iglesia ha sido un gran cocodrilo colocado a los pies de la Virgen de los Remedios. La referencia es en pasado, pues fue llevado a restaurar y no parece que esté en condiciones de volver a su ubicación. Este animal también tiene su leyenda. Un gran tronco de árbol cayó sobre el cocodrilo, salvó la vida de Alonso de Montalbán, y dejó al descubierto en su interior la imagen de una Virgen.
En un lateral del coro está una imagen de la Virgen dentro de un tronco. Es la Virgen de Valvanera, patrona de La Rioja.
Para los curiosos: en esta iglesia fue bautizado Quevedo, se casó Lope de Vega y San Isidro acudía a diario a rezar antes de ir a trabajar.
Real Casa de Correos (Puerta del Sol):
El reloj de la Real Casa de Correos marca el final y el principio del año para numerosos españoles, pero pocos conocen que tanto su maquinaria como la edificación misma guardan leyendas misteriosas y de transfiguraciones.
Cuando Carlos III, allá por 1768, ordenó construir la Real Casa de Correos poco podía imaginar que su historia estaría ligada a la polémica y a leyendas del Averno. Este edificio, primero sede de la Administración del Correo Central, después Capitanía General, Gobierno Militar y guardia de prevención, llegó al siglo XIX como Ministerio del Interior y luego de la Gobernación. Posteriormente acogió la Dirección General de Seguridad y, en la actualidad, como Real Casa de Correos, es la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, con su arquitectura original bastante recuperada.
Situado en un lugar emblemático para Madrid -la Puerta del Sol- y para las carreteras españolas -a sus puertas se sitúa el famoso kilómetro 0-, ya su propio diseño levantó a los habitantes de la Villa contra su arquitecto, el francés Jaime Marquet. Y es que los madrileños hubieran preferido para tan simbólico edificio un nombre español y ligado a la historia de la ciudad, Ventura Rodríguez, quien, como recordó Fernández de los Ríos, ya había presentado unos planos para este proyecto.
La burla y la mofa -incluso el desprestigio- cayeron sobre este arquitecto francés, al que se acusó, incluso, de haber olvidado construir la escalera interior de este edificio, de planta rectangular y organizado en torno a dos patios interiores.
Pero volvamos a los primeros momentos de las obras, pues ahí es donde surge la leyenda endemoniada. Cuentan crónicas antiguas que unos albañiles que participaban en las tareas de construcción recibieron la terrorífica visita de Satanás. Al parecer, entre puesta de piedra de Colmenar y yeso, una voz profunda se dirigió a ellos y les recordó que la edificación era propiedad del Infierno. De nuevo la leyenda recuerda que la culpa de todo eran los planos del francés.
Con el miedo calado hasta los huesos, los obreros se negaron a trabajar por temor a una nueva visita del Príncipe de los Infiernos. El director de la obra no tuvo más remedio que poner los hechos en conocimiento de la Inquisición. Ya con un destacado fraile presente en las obras -y en la nómina-, los trabajadores volvieron al tajo aún con ciertos temores. Afortunadamente, bien sea por la presencia del religioso o por compromisos del diablo, el caso es que no volvió a sentirse la presencia maligna en el edificio.
Pero este edificio, que alojó en su tejado el primer telégrafo óptico de España, aún recuerda otra historia singular que refiere una transfiguración. El protagonista en esta ocasión es su célebre reloj, procedente de la antigua iglesia del Buen Suceso.
Aunque ahora concite aires festivos cada 31 de diciembre, y con el nuevo año sus alrededores aparezcan sembrados de confeti, gorros, matasuegras y corchos de cava, en plena ocupación napoleónica sirvió de refugio a un militar francés -otra vez un francés surge en esta historia-.
Contaba el pueblo llano que cuando las tropas napoleónicas entraron en la ciudad de Madrid, un capitán de dragones francés ocupó este regio edificio con una pequeña compañía de soldados. Los madrileños, fieles a su carácter y enfurecidos por el asalto, rodearon la Casa de Correos y los militares huyeron, aunque nunca apareció el capitán francés.
La leyenda cuenta entonces que Lucifer, para ayudarle, le había escondido en el flamante reloj. Fueron convocados especialistas relojeros de todo el país que revisaron la maquinaria y sólo encontraron un pequeño ratón. Se pueden imaginar el triste final que corrió el pobre roedor, confundido con un militar amigo del demonio.
como mola para los cerebritos/a
ResponderEliminarhola buenos dias somos unas chicas que para el instintuto estamos haciendo un trabajo de investigacion sobre las leyendas de miedo de madrid, nos gustaria que te metieras en nuestro blog y que nos ayudaras si pudieses cuando creemos nuestro blog te mandaremos la direccion esperamos que cuando lo creemos lo visites saludos las chicas anonimas
ResponderEliminarHola!!! Me parece una idea muy buena para vuestro trabajo. Yo no soy una experta en estos temas, lo que tengo publicado en este post es todo lo que os puedo contar. Pero me encantaría ver vuestro blog cuando lo tengáis. De todos modos, creo que el Ayuntamiento organiza visitas de este tipo, así que quizá ahí podáis encontrar mas información. Un saludo chicas anónimas
Eliminarhola buenos dias somos unas chicas que para el instintuto estamos haciendo un trabajo de investigacion sobre las leyendas de miedo de madrid, nos gustaria que te metieras en nuestro blog y que nos ayudaras si pudieses cuando creemos nuestro blog te mandaremos la direccion esperamos que cuando lo creemos lo visites saludos las chicas anonimas
ResponderEliminarEn la Plaza Mayor no se hicieron ejecuciones de la Inquisición, sólo se hacían los autos de fe.
ResponderEliminarMuchas gracias por la aclaración
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